"A poem needs understanding through the senses"
John Keats dijo: “Un poema necesita entenderse a través de los sentidos. El punto de echarse a un lago no es nadar inmediatamente hacia la orilla sino estar en el lago, disfrutar la sensación del agua. No hay nada que entender sobre el lago, es una experiencia más allá de los pensamientos. Un poema anima el alama a aceptar el misterio.” Bright Star, la más reciente obra de la neozelandesa Jane Campion narra los últimos años del poeta John Keats, considerado el romántico más importante. Siguiendo los preceptos del poeta, Campion construye su película como si de un poema se tratara, en su cinta los pensamientos pueden dejarse a un lado, es más importante sentir, disfrutar la sensación que despiertan los colores pálidos pero llenos de vida, la música que se asoma con timidez como un murmullo, el romance delicado de sus protagonistas y sobre todo, los hermosos poemas escritos por Keats, inspirados por su musa Fanny Brawne e ilustrados por la directora con imágenes de belleza sobrecogedora.
Pocas veces un romance ha sido puesto en pantalla con la calidez que Campion ha impreso en su película. Bright Star retrata la relación de John Keats, uno de los poetas más importantes de las letras inglesas que murió a los veinticinco años creyéndose fracasado, y Fanny Brawne, la musa que despertó en el poeta la inspiración para escribir los mejores de sus poemas. Campion se niega a seguir las reglas del género biográfico, no hay escenas de la niñez o juventud de los personajes, no hay intrigas ni subtramas que se disloquen alrededor de la historia principal, si los últimos poemas de Keats son los que lo llevaron a la inmortalidad literaria y le trajeron fama después de la muerte, la directora nos deja saber qué fue lo que inspiró al joven poeta a crear aquellos versos.
Para conocer al escritor la narradora nos presenta a su musa Fanny Brawne, una joven de 18 años aficionada a la moda, es a través de su mirada que el espectador ingresa al mundo de Keats. En la obra de Campion son las mujeres quienes juegan siempre el papel principal, el hecho de que sea Fanny Brawne el centro del relato obedece más a las mismas necesidades de la historia que a la propuesta feminista de la cineasta. No hay mejor forma de conocer a Keats que mediante la mujer que lo amó y que provocó en él los sentimientos que poblaron su obra tan laureada.
La historia de Keats y Brawne, condenada a la tragedia, pudo ser tema para una película deprímete y oscura. Campion evita lo más posible los arrebatos dramáticos y nos regala, en cambio, uno de los romances más transparentes y puros que se puedan contar. El mundo que Keats mediante palabras y detalles despierta en el corazón joven de Fanny está lleno de esa sensibilidad que habita en los poemas más bellos y la directora nos permite sentir, como si se tratara de un milagro, todo ese gozo súbito. Abbie Cornish que interpreta a Fanny Brawne ofrece una interpretación perfecta, delicada, decidida, Cornish es una revelación, uno puede ver en sus ojos, oír en su voz, ese amor que Fanny siente por John. Lo mismo que el magnético Ben Whishaw que con elocuente sencillez se convierte de manera creíble en un poeta de cuerpo débil, pero de alma visionaria, en voz de Whishaw las cartas y poemas que John Keats escribió a Fanny se convierten en mariposas vivas, llenas de belleza. Ambos, debo agregar de forma necesaria, ofrecen las mejores actuaciones que he visto en muchos meses. También Kerry Fox, Edie Martin y Thomas Brodie que hacen de la familia de Fanny consiguen retratos conmovedores, como Fanny, la familia Brawne se encariña y enamora de John y estos actores parecen entender esto con exactitud. Hacia el final de la cinta, en una cena de despedida, podemos sentir el cariño que esta familia profesa por el escritor.
Toda historia cuenta con un antagonista, en Brigt Star no es solo la tuberculosis que padece Keats, también lo es Charles Brown, interpretado con elocuencia por Paul Schneider, amigo y protector de Keats que se opone a la relación del poeta con su musa. Brown considera que Fanny distrae a Keats, y es al final quién recibe la lección más grande, la poesía no se trata solo de palabras, también es menester amar.
Hay que decir que en el caso de Bright Star, los elementos técnicos de la película merecen ser llamados artísticos. La fotografía de Greig Fraser es un trabajo fenomenal, cada cuadro de la cinta es una obra de arte en sí mismo. El diseño de producción y de vestuario de Janet Patterson, lleno de sobriedad y hermosura, evita destacar por sí mismo, está más al servicio de la historia. La música de Mark Bradshaw acompaña los versos de Keats, las notas del músico y las palabras de Keats se unen en una sola melodía. La edición de Alexandre de Franceschi construye momentos íntimos y vividos resaltando la dirección de la ya probada y admirada Jane Campion.
Al final de la cinta una desconsolada Fanny Brawne llora la muerte de su amado mientras recita el soneto que este escribirá especialmente para ella: Bright Star. Entonces mientras las palabras se van hilando, vamos comprendiendo, vamos racionalizando todo eso que sentimos, entendemos mediante las mismas palabras de Keats, la importancia que Fanny tenía en su vida y en consecuencia en su obra. Antes que los créditos finales empiecen a correr leemos el epílogo que nos dice que Fanny nunca olvidó a John y que siempre portó, aun después de casarse, el anillo que Keats le regaló. En una de las cartas que Keats le escribió a Fanny se lee: “Deseo que fuéramos un par de mariposas que viven sólo tres días de verano, tres días llenos de tanta dicha que cincuenta años no puedan contener”. Romances como el de Bright Star, tan perfectos que incluso son interrumpidos por la muerte para que así vivan en la memoria sin que, siguiendo el destino de toda relación carnal, sean desgastados por el tiempo, parecen improbables, pero solo romances así podrían inspirar a un hombre único en su tipo y una película maravillosa.
Bright Star
Australia 2009
Dirección: Jane Campion
Guión: Jane Campion
Actores: Abbie Cornish, Ben Whishaw, Paul Schneider, Kerry Fox, Edie Martin, Thomas Brodie, Antonia Campbell-Hughes y Claudie Blakley
Fotografía: Greig Fraser
Música: Mark Bradshaw
No hay comentarios:
Publicar un comentario