martes, 21 de diciembre de 2010

La mano de Polanski


Hay un aspecto innegable en la hechura de The Ghost Writer, la más reciente película de Roman Polanski, estoy hablando de la mano dura, exacta, de abrumadora eficacia, la mano de un director experimentado. El Fantasma es una cinta que funciona como un reloj de precisión. Cada elemento puesto en escena es un engrane perfectamente montado, que tiene una razón de ser, un por qué. Estamos ante una de esos raros films donde nada sobra y nada falta.

Polanski que goza de una fama personal, digamos, nefasta, es uno de los directores más importantes de su generación, un director que a su edad sigue entregando verdaderas piezas vitales para el cine contemporáneo, que se miran no tanto por la importancia del autor, sino por lo que significan para el panorama fílmico actual. Si su obra en los sesentas lo colocó como una promesa sólida, como un visionario con talento envidiable, las décadas siguientes lo confirmaron como uno de los nombres a tomar en cuenta.

Su carrera ha tenido altos y bajos en cuanto a la notoriedad que han alcanzado sus obras. Si revisamos cuidadosamente su filmografía, notaremos que hay títulos que han permanecido anónimos pero que son respetados y comentados al menos por uno de sus aspectos. Junto a esos títulos “fantasmas” se erigen verdaderos monumentos de la historia del cine. Knife in the Water, Repulsión, Cul-de-Sac, Rosemary’s Baby, Tess, Bitter Moon, The Pianist y sobre todo China Town. El nombre de Polansky es esencial para entender, por ejemplo, la transformación del cine norteamericano en los sesentas, que empezó a nutrirse de la influencia europea de directores como él.

El Pianista, obra necesaria, imprescindible en la recapitulación del cine del sigo que empezamos, recuperó la figura de Roman Polaski a los reflectores. El descomunal éxito obtenido con aquel título le permitió regresar a las grandes ligas en términos artísticos. Después de El Pianista todos esperaron con ansias el nuevo trabajo del director, que llegó materializado en esa extraña adaptación de Oliver Twist, que resultó más clásica y academicista de lo que se esperaba.

Con The Ghost Writer Polanski vuelve a ese clasismo mostrado en sus últimos proyectos, pero es precisamente ese ambiente familiar, que grita Hitchcock, lo que hace a este film toda una experiencia cinematográfica. El Fantasma es un thriller elegante, astuto, que sabe medir las dosis de suspenso, ironía y drama. Recuerda precisamente a las elegantes intrigas puestas en escena por Alfed Hitchcock en los años cincuenta. Pero también El Fantasma es todo Polanski. El director polaco recupera esos personajes misteriosos que poblaron las historias de principios de su carrera, esos seres retorcidos que guardan secretos que apenas se asoman a la superficie.

"Some peace protesters are trying to kill me!"

La trama de The Ghost Writer es clásica. Un escritor es contratado para reescribir las memorias del ex primer ministro británico, después de que el escritor anterior, que dejó un manuscrito prácticamente terminado, muriera en circunstancias sospechosas. A estos escritores los apodan los fantasmas, pues su nombre nunca aparece en los créditos de los libros que redactan. El fantasma de Polanski descubre una conspiración de talla internacional, por lo que su vida empieza a correr peligro.

Polanski no nos deja tomar ni un respiro, decir que el director nos atrapa desde la primera escena es injusto, pues en realidad lo hace desde la primera imagen que nuestros ojos perciben, desde la primera nota de la gloriosa banda sonora compuesta por Alexandre Desplat.

Antes de continuar con mis comentarios sobre la película en cuestión tengo que abrir un paréntesis para externar mi respeto al estupendo trabajo del francés Alexandre Desplat que compuso una de las bandas sonoras más impresionantes que se hayan podido escuchar este año, la cual le calza a la perfección al finísimo filme de Polanski. Pocas veces es posible ver tal cohesión entre imágenes y música. Para escuchar samples del soundtrack clic aquí.

El ritmo que Polanski consigue es vertiginoso, no necesita grandes secuencias de acción para generar suspenso. Las persecuciones montadas en la cinta son algunas de las más cardiacas que se recuerden y para lograrlas el maestro polaco no tuvo más que basarse en un soberbio guión y en la confianza de que a pesar de la barrera de hielo colocada entre su protagonista (por ejemplo, nunca conocemos su nombre) y la audiencia, esta terminaría preocupándose por él.

También Polanski hace uso de actores que son, hay que decirlo, sospechosos poco comunes al momento de elegir un reparto para una película seria de primer nivel. Ewan McGregor consigue una de las mejores interpretaciones de su carrera. McGregor es un actor que lleva un tiempo tratando de conseguir un papel que haga justicia a su talento y encontró en el fantasma el material que necesitaba. Sobrio, pero comunicativo de toda emoción y pensamiento. McGregor engancha al público con su presencia y nos sumerge al mundo de misterios al que su personaje va teniendo acceso.

"The truth is in that memoir"

Price Brosnan, un actor más que decente que no ha sobrevivido a la sombra que James Bond, aprovecha la oportunidad de sobresalir con un papel diferente, consigue una actuación estupenda, su personaje siempre al borde la locura, es un regalo magnifico al que el actor le ha sacado todo el jugo posible. Kim Cattral, otra actriz tristemente encasillada, fructifica la oportunidad de hacer algo distinto en un proyecto de alto perfil. Su rol es el más sencillo de entre los principales, pero la actriz famosa por la serie Sex and the City no solo se luce con su acento inglés original, también lo hace con una interpretación solida que espero le permita encarnar papeles distintos a Samantha Jones.

Olivia Williams, una de las actrices británicas más interesantes del momento, ofrece la actuación de su vida. Leí que el papel interpretado por Williams le fue ofrecido en primera instancia a Tilda Swinton. Uno se lamenta un poco el hecho de que Swinton haya dejado pasar la oportunidad de trabajar con Polanski, porque en verdad hubiera sido más que interesante. No obstante, el estupendo trabajo de Williams nos convence de que era ella la actriz necesaria para encarnar ese papel, el más complejo e importante de la película. Su actuación es sobria, no se permite grandes arrebatos en las escenas más dramáticas, toda la nausea, el pesar, el misterio, es comunicado a través de su mirada. El momento final de su personaje es equivalente, irónicamente, al final del de Tilda Swinton en Michael Clayton y cómo su compatriota, Williams pone toda la carne al asador en ese último instante consiguiendo un verdadero knockout, que Polanski se encarga de mejorar con ese final tan perfecto e ideal.

The Ghost Writer se está colocando entre las favoritas de los críticos americanos y europeos quienes la están colocando entre los trabajos más destacados del año. En efecto ganó el premio FRIPESCI concedido por críticos de todo el mundo que la nombraron la mejor película estrenada en 2010. Sumando en Oso de Plata ganado por Polanski como mejor director en Berlín, confirmamos que estamos ante la obra de un autor en el máximo uso de sus facultades que ha dirigido una película de género perfecta, por donde quiera que se le mire. El Fantasma es una película recomendable, entretenida desde el primer momento hasta, incluso, la original secuencia de créditos finales.



The Ghost Writer
Reino Unido 2010
Dirección: Roman Polanski
Guión: Roman Polanski, Robert Haris
Actores: Ewan McGregor, Price Brosnan, Kim Cattral, Olivia Williams, Tom Wilkinson, Timotty Hutton y Eli Wallach
Fotografía: Pawel Edelman
Música: Alexandre Desplat

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