Cuando nos encontramos ante una gema como esta preciosa película debemos sentirnos muy afortunados. Pocas películas en la actualidad alcanzan niveles emotivos como los que tiene ésta. Desde que supe de su existencia, hace ya cuatro años, estuve buscandola y finalmente la encontré.
Akyra es un niño de trece años que es abandonado por su madre dejandole la responsabilidad de cuidar a sus tres hermanos menores. Akyra es un pequeño padre que se hace cargo de sus hermanos con una dedicación sorprendente. No solo se encarga de alimentarlos, también les procura pequeños momentos de felicidad.
De vez en cuando y a pesar de la enorme madurez que muestra, el director nos recuerda que Akyra es tambén un niño, mostrandolo comprando golocinas, o jugando en un parque o corriendo por las calles imáginando que cornduce un veloz automovil.
El director Hirokazu Koreeda, lleva la historia de una forma inteligente, se niega a compadecerse de la desgracia de estos niños y en cambio nos introduce en su mundo inocente para mostrarnos que no pueden vivir de mejor manera. Por ejemplo el hecho de que la madre, una mujer joven que busca rehacer su vida, en lugar de ser una villana insufrible sea una mujer sensible y divertida con la que los pequeños pasan muy benos momentos, es un acierto que aumenta la ambiguedad del relato, haciendolo escapar de los lugares comunes.
De una belleza visual sorprendente, tomando en cuenta su humilde factura, la pelícla esta llena de detalles que poco a poco nos van conduciendo hasta el lugar donde finalemente nos quiere llevar. Conmovedora hasta las lágrimas, no es una película triste, sino una celebración a la vida y la hermandad.
El tesoro más valioso son los niños, cuyas increibles actuaciones llenas de vitalidad y naturalidad conmueven de maneras indescriptibles. Nobody Knows es una gran película, una verdadera muestra de cine sencillo y modesto, de cine sensible y elocuente.
El trailer aquí.
Akyra es un niño de trece años que es abandonado por su madre dejandole la responsabilidad de cuidar a sus tres hermanos menores. Akyra es un pequeño padre que se hace cargo de sus hermanos con una dedicación sorprendente. No solo se encarga de alimentarlos, también les procura pequeños momentos de felicidad.
De vez en cuando y a pesar de la enorme madurez que muestra, el director nos recuerda que Akyra es tambén un niño, mostrandolo comprando golocinas, o jugando en un parque o corriendo por las calles imáginando que cornduce un veloz automovil.
El director Hirokazu Koreeda, lleva la historia de una forma inteligente, se niega a compadecerse de la desgracia de estos niños y en cambio nos introduce en su mundo inocente para mostrarnos que no pueden vivir de mejor manera. Por ejemplo el hecho de que la madre, una mujer joven que busca rehacer su vida, en lugar de ser una villana insufrible sea una mujer sensible y divertida con la que los pequeños pasan muy benos momentos, es un acierto que aumenta la ambiguedad del relato, haciendolo escapar de los lugares comunes.
De una belleza visual sorprendente, tomando en cuenta su humilde factura, la pelícla esta llena de detalles que poco a poco nos van conduciendo hasta el lugar donde finalemente nos quiere llevar. Conmovedora hasta las lágrimas, no es una película triste, sino una celebración a la vida y la hermandad.
El tesoro más valioso son los niños, cuyas increibles actuaciones llenas de vitalidad y naturalidad conmueven de maneras indescriptibles. Nobody Knows es una gran película, una verdadera muestra de cine sencillo y modesto, de cine sensible y elocuente.
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